En uno de mis tantos aterrizajes semanales, encontré a los alumnos del Sexto B, repasando muy entusiastas las propiedades de la materia.
Lo que llama la atención, no es que estos alumnos hablen o escuchen a su profesora Tania hablar del tema; por el contrario, lo que sorprende es que cada terrícola contaba con una caja de fósforos vacía y una decena de canicas.
En un ejercicio muy simple los niños movían las moleculas y partículas y explicaban el por qué de este fenómeno. Creo que aprenden con facilidad.
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